viernes, 14 de junio de 2013

El paso de Nicolás López a Hollywood

EL TERREMOTO MÁS SANGRIENTO

En el día 10 de mayo, se estrenó en EE.UU. la película de terror Aftershock, del director chileno Nicolás López. Además de ser un hito del cine nacional por su visibilidad en ese país, la producción es el debut de López en el género. Su filme es ejemplo del gore, subgénero del terror nacido en la década de 60 que resurgió en los años 2000.

Augusto Catoia Fonseca



“Gringo” es un estadounidense divorciado que quiere ahogar las penas. Para eso viaja a Chile, donde se junta con Ariel y “Pollo”. Los tres van a una discoteca de Valparaíso. Allí, los tres toman y coquetean con mujeres.

Hasta que un terremoto de 9.8 grados Richter azota la ciudad y trae el caos. Ariel pierde su mano, amputada por un armario que cae. Personas son aplastadas por pedazos de techo. “Pollo” se vuelve loco y distribuye hachazos por doquier. Una mujer es decapitada por la rueda de un camión y otras dos son violadas.

Así es Aftershock, dirigida por Nicolás López y producida por el estadounidense Eli Roth. La película, aunque ficcional, se basa en hechos reales del terremoto de Chile de 2010. "Durante el terremoto, mi primer pensamiento fue "Hay que sobrevivir" y el segundo, "Hay que hacer una película"", cuenta López.

Después de Santa Sangre (1989) de Alejandro Jodorowsky, este largometraje es el segundo chileno de terror que recibe notoriedad entre críticos estadounidenses y el primero distribuido por una productora grande de Estados Unidos – Dimension Films. La película aún no tiene fecha para estrenar en Chile.

Con ayuda de Eli Roth, actor de la película Bastardos sin Gloria y director de los éxitos de terror gore Fiebre en la Cabaña (2002) y Hostal (2005), el largometraje fue filmado en muchos de los mismos lugares donde la destrucción tuvo lugar. La idea surgió de una conversación entre Roth y López, quienes se hicieron amigos en el Festival de Los Angeles de 2005. “A él le encanta las películas de terror, así que nos propusimos hacer una. En medio a ideas de ciencia ficción y casas embrujadas le conté sobre el terremoto. Le hablé sobre el caos y el colapso de la sociedad. Y él me dijo que ahí había una historia increíble, que no teníamos que inventar nada. Que sólo necesitábamos encadenar los eventos reales y transformarlos en una película”, cuenta el director.

El cineasta nacional opina que Aftershock es una mezcla de comedia y gore: “Con Eli siempre hablamos de que la idea era mostrar nuestras dos sensibilidades, hasta el punto de que hubiéramos podido ponerle a esto "Qué pena tu Hostal", porque la primera parte es como una película mía y la segunda, cuando empieza el terremoto, una de él”. El gore es un subgénero del cine de terror que se caracteriza por su énfasis deliberado en mutilaciones corporales.

Esta película representa un cambio de dirección para el chileno, quien hasta el momento se ha destacado por sus películas de comedia. Junto al director de Hostal, el cineasta chileno ideó el concepto de Chilewood: producción de películas chilenas con alta posibilidad de exportación. “Aftershock es el inicio de esto. Mi objetivo siempre fue llegar al mercado internacional, y lo maravilloso es que es una película filmada en Chile y con talento chileno en todas las partes del equipo”, dijo el cineasta. El proyecto continúa con The Green Inferno, otra película de terror con el rodaje ya concluido. Esta contará la historia de activistas ambientales que se dirigen a la Amazonia y son atrapados por una tribu de caníbales.

Una carrera ascendente

Nicolás López debutó con el cortometraje Pajero, en 1998, que se trata de un joven que es interrumpido cuando se masturba. Seis años después dirigió la comedia Promedio rojo, su primer largometraje. La película se exhibió en el Festival de Tokio, de Mar del Plata y en el de Los Angeles de 2005, donde Eli Roth la vio. Este la recomendó a Quentin Tarantino, y a él le gustó mucho. Sobre ella, el director de Kill Bill dijo: “Es la película más entretenida del año”.

Dicho comentario le dio reconocimiento internacional a Nicolás López, y lo incentivó a realizar proyectos mayores. En 2006 dirigió Santos, una película de superhéroes realizada con un presupuesto de seis millones de dólares. La película fue un fracaso. Exhibida en 33 cines, tuvo menos de tres mil espectadores.

Nicolás volvió al éxito comercial con la trilogía de comedias Qué pena tu vida, Qué pena tu boda y Qué pena tu familia, sobre los problemas amorosos de un publicista de 29 años llamado Javier. La primera entrega, por ejemplo, tuvo 94.044 espectadores.


Aunque Nicolás López cosecha éxitos comerciales, no le pasa lo mismo con la recepción de los críticos. Promedio rojo fue elogiada por Tarantino y calificada por el director mexicano Guillermo del Toro como una “obra cumbre del cine chileno”, pero sus demás películas han sido muy criticadas. Leopoldo Muñoz, de Las Últimas Noticias, escribió sobre Qué pena tu vida: “La liviandad del argumento o la falta de imaginación no es lo que pasma al espectador, sino la insistencia en un humor imbécil, cruel y gratuito”. Ascanio Cavallo, de la revista El Sábado, repudia todo su cine: “Ninguno de sus planos, de sus escenas ni de sus películas tienen el mínimo valor expresivo. Es pura diversión barata. López tan solo quiere plata, y nada más”.

Aftershock ha tenido algunas críticas positivas. “Una frenética y a veces hilarante película que deleitará fanáticos del género de terror”, opinó Dennis Harvey de Variety. Pero ha tenido principalmente críticas negativas. “Incluso considerando que he visto muchas películas de terror, esta me pilló desprevenido por la forma en que sus personajes mueren. Y la única cosa que despierta interés es cómo y cuándo morirán”, comentó Ethan Alter de Hollywood Reporter. “Es difícil imaginar quién querría ver esta película, dada la violencia sádica a la cual está sujeta la audiencia”, opinó Claudia Puig de USA Today.

Gusto por el género

Carolina Vignoli, psicoanalista del Centro de Estudios en Psicoanálisis Lacaniano de Chile, opina que la violencia de las películas de terror gore funciona como vía de escape para pensamientos agresivos: “Se trata de un gusto de sacar afuera mi propia maldad, el odio y ganas de matar a los que me hacen injusticias. Entonces me identifico con un descuartizador, pero sin derramar sangre”.  

Aaron Garrett, profesor de filosofía de la Universidad de Boston, plantea que el susto no es real y que por eso hay un gusto por el género. “Nos preocupamos por los sufrimientos de personas vulnerables. Pero sabemos que no son reales. Cuando vamos a ver una película, estamos tomando parte de una actividad grupal que nos da placer en experiencias que son como si fueran de miedo”.

También hay factores sociales y fisiológicos en la apreciación de esas películas, afirma Glenn Sparks, profesor de comunicaciones de la Universidad de Purdue. “La gente se reúne, ve estas películas y luego cuentan cuán asustados estaban. Los batimientos cardíacos aumentan, los músculos se tensan, la piel se humedece y la temperatura corporal baja. Eso provoca euforia”.

El renacimiento del gore



Este género nació en 1963, con la película Bloodfeast, del director Herschell Gordon Lewis. Costando apenas 24.500 dólares, recaudó 4 millones en los cines.

A pesar del éxito comercial, el género perdió fama. Entre los años 60 y 90, las películas populares fueron las de terror sobrenatural, zombis, terror psicológico y los slashers, películas sobre asesinos seriales que apuñalan y cortan a sus víctimas.

Hasta que en la década del 2000 surgió el Splat Pack (“El grupo de la salpicadura”), equipo de directores que ganaron reconocimiento por sus películas de bajo presupuesto y violencia extrema. Cineastas como Eli Roth, Neil Marshall y James Wan forman parte de este grupo.

La primera película de este nuevo período del género fue Dog Soldiers (2002), de Neil Marshall. Desde ese año, más de 30 películas gore fueron realizadas. La más exitosa es El Juego del Miedo (2004), de James Wan y Leigh Whannell. La película recaudó 100 millones de dólares bajo un presupuesto de un millón, y su rentabilidad llevaría a la producción de 6 continuaciones. En ellas aparecen personas derretidas con ácido, partidas en dos, aplastadas y amputadas.




Esta ola de violencia cinematográfica no se limitó a Estados Unidos. Países como Francia, España, Serbia y Dinamarca también presentaron este fenómeno.

En la película francesa Irreversible, de Gaspar Noé, un hombre le pega a otro en la cabeza con un extintor 23 veces. Su cabeza se vuelve una masa de sesos esparramados en el suelo. En Anticristo, del danés Lars von Trier, la protagonista se corta el clítoris con una tijera. Y en Una Película Serbia, un hombre drogado con estimulante de sementales viola a una mujer. Luego la decapita con un cuchillo carnicero y sigue penetrando su cuerpo muerto.

El país más notorio es Francia. Directores como Gaspar Noé, Alexandre Aja (Alta Tensión), Pascal Laugier (Mártires) y otros más fueron asociados por el periodista James Quandt a una colección de películas llamada Nuevo Extremismo Francés. Este crítico del sitio Artforum describe a este grupo como un cine “determinado a romper todo tabú, chapotear en vísceras y llenar cada plano con carne”.

En general, el gore se ha vuelto popular alrededor del mundo. Las siete entregas de la saga El Juego del Miedo, por ejemplo, costaron 67 millones de dólares y arrecadaron 953 millones a lo largo del mundo. Su página de Facebook tiene más de 16 millones de fans, y se volvió una franquicia con juguetes, videojuegos y disfraces.

Aunque algunas películas como El Descenso y la francesa Adentro han sido muy elogiadas, el género es muy criticado. Críticos de cine se quejan de que la violencia gráfica deja de lado el suspenso, y que estas películas no dan miedo sino repugnancia. Alegan que ellas no tienen ningún valor expresivo, mientras que según el crítico Mark Harris expresaban en épocas anteriores la liberación social y el nihilismo post-Vietnam. “Estas películas no ejercen impacto social ni estético. No tienen ningún valor expresivo, y simplemente banalizan la violencia”, opina Ascanio Cavallo.


La última película norteamericana asociada al género es Posesión Infernal, lanzada en abril de este año. Esta recibió críticas positivas y recaudó 95 millones de dólares bajo un presupuesto de 17 millones. Hace 11 años que el gore resucitó, y sigue dando frutos. Nicolás López reconoció eso: “La inmediatez de reacción en el público fue lo que me motivó a hacer esta película”.




miércoles, 5 de junio de 2013

La PDI recibe más de 300 casos anuales de bullying a lo largo del país

“Los colegios están obligados a informar sobre el bullying y denunciar casos”, dice abogado de la Defensoría Penal de Ñuñoa

En el marco de una charla sobre convivencia escolar promovida por la agrupación, el abogado Cristián Zoffoli calificó a la ley como un “gran avance” y resaltó las implicancias de esta ley para los colegios.

Augusto Catoia Fonseca





En una charla realizada para el cuerpo directivo y docente del Liceo Toribio Medina de Ñuñoa realizada en Liceo Toribio Medina, el abogado Cristian Zoffoli presentó al cuerpo directivo y docente del establecimiento ñuñoíno la importancia de la Ley contra el Bullying y las obligaciones que esta prescribe.

“Es una tarea de todos, más allá de la ley. Es necesario que haya cooperación entre alumnos, apoderados y profesores.”(Cristian Zoffoli)

Zoffoli explicó que esta ley, aprobada en el Senado en 2011, contempla que los establecimientos tienen tres obligaciones. En primer lugar, de certificarse del cumplimiento de sus Reglamentos Internos, los cuales a partir de la ley tienen como reglas agregadas a las de tomar medidas ante casos de violencia física y psicológica entre alumnos. De no cumplirse esta obligación, los establecimientos arriesgan multas de hasta 50 UTM. Segundo, se les prescribe el denunciar casos a la Defensoría Penal de Víctimas para que estas presten ayuda. Y tercero, tienen la obligación de informar al cuerpo docente y estudiantil sobre este fenómeno.

“Es una ley tardía. Debió haberse aprobado hace unos 30 años, cuando yo estaba en el colegio”, resaltó el abogado. De hecho, según el psicólogo de la PDI Maximiliano Castro, Chile es uno de los 15 países con más violencia escolar en el mundo. 

Pero según él, la responsabilidad no es sólo de los establecimientos educacionales. “Es una tarea de todos, más allá de la ley. Es necesario que haya cooperación entre alumnos, apoderados y profesores.”


miércoles, 22 de mayo de 2013

Amnistía Internacional


Los derechos humanos de más de 35 mil personas fueron violados durante la dictadura

Amnistía Internacional presentó campaña de conmemoración a los 40 años del Golpe de Estado

Con la iniciativa, la ONG busca recolectar firmas para promover justicia a involucrados en abusos de la dictadura y concientizar sobre derechos humanos en general. “Creemos que la presión pública es un agente de cambio”, afirmó la directora ejecutiva Ana Piquer.

Augusto Catoia Fonseca




El presidente de Amnistía Chile, Roberto Morales, y la directora ejecutiva Ana Piquer.

En una conferencia de prensa realizada en su sede chilena, Amnistía Internacional presentó hoy su campaña de conmemoración de los 40 años del 11 de septiembre de 1973. La inauguración oficial de la campaña será a las 19 horas, en el Archivo Nacional. Esta iniciativa durará hasta el 11 de septiembre.

Los objetivos de la conmemoración son la preservación de la memoria histórica de la dictadura, el derribo de leyes que dejan impunes a violadores de derechos humanos en el régimen (como el Decreto Ley sobre Amnistía n° 2191 de 1978, que establece indulto para los crímenes de dictadura) y la concientización sobre los DD.HH. para que no vuelvan a suceder abusos. “Tiene que ver con el asumir una cultura de derechos humanos. Que  son interdependientes, indivisibles. Que si estás vulnerando a unos, afectas a todos los demás”, dice Ana Piquer.

Amnistía busca obtener al menos 8.000 firmas en Chile, con el fin de presentarlas al Congreso y presionarlo por cambios legislativos. Para ello habilitaron un sistema de firmas en su sitio web y colocarán carpas en las calles. Además, participarán de memoriales con víctimas de abusos y familias de detenidos desaparecidos.


El calendario de la campaña todavía está en proceso de organización, pero hay dos actividades confirmadas. En el 26 de mayo, día del Patrimonio Cultural de Chile, colocarán un stand en Londres 38 para recolectar firmas e informar sobre los DD.HH. en la dictadura. Y el 30 de agosto harán una donación de material sobre derechos humanos en Chile al Museo de la Memoria. La idea de la ONG también es sumarse a los distintos eventos que estén haciendo otras organizaciones que trabajen en el tema.

La directora ejecutiva de AI Chile se ha armado de confianza en el éxito de la conmemoración: “Siempre tratamos de ser optimistas. Nosotros creemos en la capacidad de cambio que puede generar una presión ciudadana”.


En el marco de la presentación de su Informe Anual de Derechos Humanos de 2013


Amnistía Internacional presenta campaña de conmemoración a los 40 años del Golpe de Estado


Con la iniciativa, la ONG busca recolectar firmas en Chile y Europa para promover justicia a involucrados en abusos de la dictadura y concientizar sobre derechos humanos en general. “Creemos que la presión pública es un agente de cambio”, afirma la directora ejecutiva Ana Piquer. 

Augusto Catoia Fonseca




En una conferencia de prensa realizada en su sede chilena, Amnistía Internacional presentó la campaña de conmemoración de 40 años del 11 de septiembre de 1973 junto a su informe mundial de DD.HH. La inauguración oficial de la campaña será mañana, a las 19 horas, en el Archivo Nacional. 


Esta iniciativa durará hasta el 11 de septiembre, y tiene como objetivos cultivar la memoria histórica de la dictadura, reformar el código de justicia militar y crear conciencia sobre los derechos humanos. “Tiene que ver con el asumir una cultura de derechos humanos. Que  son interdependientes, indivisibles. Que si estás vulnerando a unos, afectas a todo el resto”, dice Ana Piquer.
 

Amnistía busca obtener al menos 8.000 firmas en Chile. Para ello habilitaron firmas en su sitio web y colocarán carpas en las calles. Además, participarán de memoriales con víctimas de abusos y familias de detenidos desaparecidos.

  “Tiene que ver con el asumir una cultura de derechos humanos. Que  son interdependientes, indivisibles. Que si estás vulnerando a unos, afectas a todo el resto”. (Ana Piquer)


La directora ejecutiva de Amnistía Internacional tiene confianza en el éxito de la campaña: “Siempre tratamos de ser optimistas. Nosotros creemos en la capacidad de cambio que puede generar una presión ciudadana”.

lunes, 20 de mayo de 2013


11 de septiembre de 1973: su impacto en la Iglesia chilena

LA IGLESIA, BUENA SAMARITANA

Para la Iglesia chilena, el golpe de Estado significó una gran oportunidad para aplicar la misericordia del Evangelio. También significó una instancia de división: hubo pinochetistas y opositores. Pero en su mayoría, el cuerpo de católicos no desperdició la chance y se volvió un dolor de cabeza para Pinochet.

Augusto Catoia Fonseca



Arrodillado junto a Augusto Pinochet y su mujer, Juan Pablo II oró en la capilla del Palacio de La Moneda el 3 de abril de 1987. Después de tres minutos de recogimiento, se acercó al mandatario y a su esposa y los bendijo. A la salida del edificio, el Papa y el militar extendieron manos. Emocionada, la primera dama Lucía Hiriart dijo: “Hará reflexionar a muchos chilenos para que piensen que por sobre todo está nuestro espíritu de fraternidad. Nosotros somos un pueblo unido. Somos un país católico.”

El clima de diplomacia de ese momento no reflejaba la relación entre Iglesia y Estado en el país. El 11 de septiembre de 1973 trajo constantes choques entre ambos a causa de las persecuciones de militares a sus opositores. “La Iglesia fue un reflejo de la sociedad chilena; habían simpatizantes de Pinochet, pero principalmente habían defensores de los oprimidos”, cuenta Joaquín Vecilla, ex miembro e ideólogo de Cristianos por el Socialismo. De los 33 obispos de la Conferencia Episcopal, apenas 3 no solían firmar actas de la Conferencia que buscaban defender a los perseguidos.

Según Antonio Delfau, sacerdote jesuita y director de la revista Mensaje, la defensa a los derechos humanos fue un gran ejemplo de acto cristiano: “Parte de la doctrina cristiana básica es estar junto al débil. Creo que la Iglesia fue muy fiel a esa intuición del “tuve hambre y me diste de comer, tuve sed y me diste de beber” y etc., de Mateo 25, que es la base esencial del cristianismo”.

La acción de la Iglesia no era por ideología política. “Lo veíamos en una línea del Evangelio de estar por los que eran perseguidos, sean de una línea de izquierda, derecha o lo que sea”, aclara el sacerdote español Alejandro Hermidas.

Fui forastero y me recibisteis

A las 8:55 de la mañana del día 30 de agosto de 1983, el General Carol Urzúa salió de su casa en auto, con su conductor y su escolta. A unos 25 metros de distancia, en la intersección de Apoquindo con La Cordillera, lo esperaba un grupo de miristas en una Chevrolet LUV equipados con ametralladoras y fusiles. El vehículo del general recibió 62 balazos y todos sus ocupantes murieron.

En el 16 de enero de 1984, cuatro miembros del MIR involucrados en el caso – Elba Duarte, Pamela Cordero, José Aguilera y Jaime Yovanovic – fueron refugiados por la Nunciatura Apostólica de Chile. El Vaticano les dio asilo diplomático y solicitó permisos para que los cuatro pudieran salir del país. El régimen negó el pedido y rodeó de carabineros al edificio. Los refugiados permanecieron ahí por dos meses, y el caso fue emblema de la tensa relación entre la Iglesia y los militares chilenos. Poco se sabe del desenlace del episodio. “Yo creo que finalmente recibieron el asilo político. De no haber pasado eso, habría quiebre de relaciones entre Chile y el Vaticano. Y nunca hubo eso”, opina Pedro Espinosa, sacerdote jesuita y profesor de Historia de la Iglesia en Chile de la PUC.


Hasta el fin de su mandato en 1983, el Cardenal Raúl Silva Henríquez fue el protagonista de una cruzada por defender los derechos humanos en Chile. Junto al Papa Pablo VI, en 1976, fundó la Vicaría de la Solidaridad, el único grupo en el país que tuvo éxito en preservar de torturas y muerte a los opositores de Pinochet. Y como era un grupo filiado a la Iglesia y no al Estado, los militares no podían mandar en él. 

Al principio, la Vicaría era apenas un grupo que prestaba el oído a familiares de detenidos y desaparecidos. Creció con el tiempo, obtuvo fondos de iglesias de EEUU y Europa, y pasó a contar con psicólogos, asistentes sociales y abogados en un equipo de aproximadamente 200 personas. Prestó apoyo emocional a las familias afectadas por el régimen, asesoró a opositores de Pinochet y refugió a personas perseguidas. Por ejemplo, en 1978 la Vicaría defendió a 224 personas acusadas o detenidas por el gobierno y en 1983 ya eran 5.123. La Vicaría llevaba una contabilidad de todos los arrestos, detenciones y procesos judiciales de todos los acusados.

“¡Ustedes no pueden impedir la Vicaría! ¡Y si tratan de hacerlo, voy a poner los refugiados debajo de mi cama si es necesario!”, exclamó una vez el Cardenal Silva Henríquez a Pinochet. Ese fue el espíritu. La Vicaría dio abrigo a centenares de fugitivos políticos, y a lo largo del país la Iglesia siguió el gesto. “Llegó mucha gente a la Iglesia. Muchos católicos y otra gente no creyente, pero que encontró un espacio. Era el único espacio que había, ¿dónde más?”, dice Pedro Espinosa. En la dictadura, la Iglesia fue el único agente defensor de DD.HH. en Chile que funcionó.
El padre Alejandro Hermidas fue ejemplo de esto. En la primera mitad de la dictadura refugió a unas 50 personas en su casa, una mediagua localizada en la población Juanita Aguirre de Conchalí. Además de acoger gente, el sacerdote orientaba perseguidos políticos a la Vicaría y les daba el contacto de un abogado defensor que conocía. “Me preocupaba por la gente como ellos también se preocupaban por mí. Recibí algunas armas y cosas así para que yo los ayudara en sus dificultades”, recuerda.



Según un cable de la CIA, el trabajo de la Iglesia logró incluso sensibilizar a Jaime Guzmán. En un documento desclasificado de febrero de 1976 se lee lo siguiente: “Guzmán, que es un católico casi fanático, ahora siente que su deber es tanto garantizar la seguridad del nuncio papal en Chile como corregir los abusos de los que le habló el nuncio. Guzmán ha tenido varias conversaciones con (el ministro de Justicia) Schweitzer y con (el presidente de la Corte Suprema) Eyzaguirre para discutir formas de monitorear las mejoras en la situación de los derechos humanos”.

Enemigos del marxismo

Santiago, Hall Central de la Escuela Militar, 11 de diciembre de 2006. En el funeral de Augusto Pinochet, el sacerdote Raúl Hasbún pidió a Dios que “purifique los corazones y perdone a aquellos que se consideran enemigos nuestros.”

El padre Hasbún fue parte de una minoría de católicos favorables al régimen. El motivo era que Pinochet derribó al marxismo, corriente opositora a la Iglesia. El principal exponente de ese lado en Chile fue  el grupo ultraconservador Fiducia. En su labor, apoyaban al régimen de Pinochet y difamaban opositores. Por ejemplo, en un panfleto titulado “La Sotana Blanca” acusaban al Cardenal Silva Henríquez de ser “rojo”, al Obispo Fernando Ariztía de traidor, y al Obispo Carlos Camus de “Judas de la Iglesia”. 

Pero estos opositores no influyeron mucho. “Sólo hicieron ruido. Yo diría que los militares y medios fueron los grandes obstáculos y difamadores”, opina Antonio Delfau. De hecho, la Iglesia amenazó con la excomunión a católicos que la difamaran y persiguieran, porque hacerlo equivalía a conspirar contra la autoridad del Papa. Por esto, la acción de los católicos pinochetistas fue tímida y muchas veces anónima.

Comer y rezar

Según Joaquín Vecilla, la sed por justicia social en la Iglesia fue tanta que ésta no llegó a anunciar el Evangelio adecuadamente: el énfasis en lo terrenal hizo que se olvidaran de lo espiritual. “Se creía que luchar por la justicia social se anunciaba el Evangelio. Pero no es sólo eso. Hay también otra justicia, que es la divina, del perdón y la misericordia. De la cual se habló poco o nada”.



Antonio Delfau no está de acuerdo. “No puede haber catolicismo sin justicia social. La fe y la justicia están plenamente unidas. O sea, tú no puedes tener mucha espiritualidad si tienes el estómago vacío. Tienes que comer primero para después sentarte a rezar. Puede ser que se hayan descuidado algunos aspectos de la fe. Pero yo creo que cuando vivimos en períodos de emergencia, los acentos en ciertas situaciones pueden cambiar. Además, yo creo que floreció la catequesis, la vida parroquial y las vocaciones”.


Durante la misa celebrada por Juan Pablo II el 4 de abril de 1987, volaron palos, piedras y golpes entre Carabineros y manifestantes. En medio al conflicto, el Papa dijo: “El amor es más fuerte”.  Ese fue el principal pensamiento en la Iglesia. Más allá de cualquier ideología política, ella siguió los ideales de humanidad y compasión.

lunes, 29 de abril de 2013


Crianza de niños por parejas del mismo sexo: un punto de vista psicoanalítico

¿QUÉ VALE MÁS: LA ACTITUD O EL SEXO?

En el Movilh califican como homofóbica la prohibición de la adopción por homosexuales. Pero, ¿y si en esos casos la crianza es nociva para la psicología del hijo? ¿Es así o no es?  El psicoanalista Francisco Pisani da su opinión.

Augusto Catoia Fonseca



En el artículo primero de la Constitución Política de la República está escrito: “La familia es el núcleo fundamental de la sociedad”. Diputados de la UDI quieren agregar otra frase al párrafo: “El menor sólo tendrá por padres a un hombre y una mujer”.

La propuesta, realizada por los diputados María Angélica Cristi, José Ramón Barros, Claudia Noguera y Mónica Zalaquet, desató polémica. El presidente del Movilh, Rolando Jiménez, criticó la actitud en Twitter: "La Udiotez del día. Presentan proyecto de ley contra familias homoparentales. UDI muestra su feroz homofobia!".

De esta situación despierta una interrogante: ¿es válida, desde un punto de vista psicológico, la crianza de niños y adolescentes por parejas del mismo sexo?  El psicoanalista Francisco Pisani da su opinión. Él es miembro del Centro de Estudios e Investigación de Psicoanálisis Lacaniano de Chile, y experto en psicología infantil y sexología.

-           ¿Hay estudios respecto a este tema?

Sí, yo creo que hay estudios. Pero no es en lo que me enfoco. Lo que me parece más importante sobre la crianza de parejas homoparentales es que cuando hablamos de las ciencias humanas y de lo humano, se atraviesan líneas ideológicas y políticas. Algunos van a decir que hay conflicto, y otros que no. Mi posición, orientada por la psicoanálisis del psiquiatra francés Jacques Lacan, es que no hay por qué oponerse a esa situación de la crianza de niños por parejas del mismo sexo. Por lo general la psicología trata de reincorporar la diferencia a lo mismo, a lo homogéneo.

-           ¿O sea que el hecho de que la psicología en Chile toque tan poco el tema es porque hay sesgo político?

Por supuesto. Cuando se diagnostica un paciente con algo, con un tipo de trastorno, ahí se pone en juego algo del orden político. De la biopolítica, tal como lo pensaba Michel Foucault: que detrás de cada apariencia, de un discurso científico, hay intereses ideológicos de poder hegemónico. El cual en Chile es acorde a los sectores más conservadores.

Foucault tiene un libro muy conocido que se llama Vigilar y Castigar. La psicología está del lado de la vigilancia y el castigo. Antes lo que se hacía era que se marginaba, pescaban a toda la diferencia y los tiraban fuera de la ciudad. Hoy es más sofisticado: se trata de transformar esa gente al ideal de la sociedad. Se lo vigila. Muchas corrientes psicológicas buscan eso. El psicoanálisis lacaniano tiene una alternativa que dice: “No. Nosotros vamos a defender la diferencia, nosotros pensamos que no es una enfermedad, que es una forma de sexualidad diferente, como todas las personas tienen formas de sexualidad diferentes. Y que el sujeto la viva lo mejor posible, y eso no tiene por qué influir en la crianza de los hijos.”

-           Un niño, siendo criado por una pareja homosexual, ¿tendría una dificultad mayor en reconocerse a sí mismo como niño o niña?

El psicoanálisis piensa que nosotros, para constituirnos como seres humanos, tenemos que entrar en el lenguaje. Y en el entrar en el lenguaje, en el hablar, perdemos nuestra condición de naturaleza como animales. Por ejemplo, los animales no tienen eyaculación precoz ni disfunciones sexuales porque no viven en la cultura como nosotros. Entonces, la distinción entre masculino y femenino como posición sexual es algo que puede estar dentro de un cuerpo de hombre o un cuerpo de mujer. Los hombres homosexuales no se sienten mujeres, se sienten hombres y atraídos por otros hombres. Por eso, no habría por qué pensar que un niño tendría dificultad en la construcción de su propia sexualidad al vivir con padres del mismo sexo.

-           Dado que faltaría una figura de padre hombre o madre mujer, ¿estaría el niño más propenso a satisfacer esa falta afuera de su núcleo parental y por lo tanto a una asimilación más difícil de sus padres?

Hay niños que sufren mucho incluso en parejas heterosexuales porque tienen dos posiciones femeninas, dos madres. Y tienen dificultad siendo ellos heterosexuales. En esa crianza, no hay quién da corte. En ella, el niño puede desarrollar fobias, crisis de pánico y hasta psicosis. Le falta una función paterna que le permita decir, “Oye, acá existe un mundo afuera de tu familia”. Y en el caso de padres muy paternos, ellos quedan con mucha ansiedad de lo que los padres piensan de él. Eso pasa tanto con padres heterosexuales como con homosexuales. Además, la figura del padre puede ser la profesora del colegio, una tía, una abuela. Y aun así el niño puede tener un desarrollo sano.
Los niños pueden ser afectados en la medida que haya una sanción social. El problema mayor estaría en eso, en la discriminación que podría haber.

-           Entonces, ¿cuál es la importancia del sexo de los padres, y de la sexualidad de los padres en un niño? ¿Cuál de los dos es más importante en su desarrollo?

El psicoanálisis dice que la anatomía no es el destino. De alguna forma cuando entramos en el desarrollo de lo humano, todo se complica. Hay un sinfín de posibilidades. Esto permite comprender que hay una complejidad en las relaciones humanas. Su vida puede ser tan válida para la crianza como un heterosexual. Lo que importa más es cómo vive la vida, y no tanto el sexo.



-           En casos de vientres de alquiler, ¿Ud. cree que es más importante para la persona el saber sus raíces y antepasados, o más bien pensar que tiene una familia que acoge? ¿Ese afecto quitaría la presión por saber de las raíces, o seguiría sintiéndose “hijo de nadie”?

La historia de un sujeto es siempre de alguna forma ficcionada. La historia está perdida para siempre; lo que hacemos es reconstruirla. Y al reconstruirla, estamos construyendo nuestra historia. Uno, dice Lacan, es el discurso del otro. Uno toma lo que otros dicen y va tomando sus fragmentos y armando su propia historia y cronología. Lacan dice que lo más importante es que el deseo no sea anónimo; esté encarnado en alguien. Y en la medida que el deseo de un hijo esté encarnado en una figura, ya eso es lo bastante.


El psicoanalista francés Tony Anatrella plantea que la falta de una doble identificación padre hombre y madre mujer en la crianza del niño, lo lleva a tener límites borrosos en relación a deseos y límites en general.

-           ¿Está de acuerdo con esa afirmación?

Por supuesto que no. Es una visión reduccionista. La condición sexuada no pasa necesariamente por un cuerpo, sólo por tener anatomía de hombre o mujer. Pasa por un lugar que uno ocupa en la cultura, por un “fantasma” que uno ocupa – es decir, una forma de relacionarse con el mundo que puede ser masculina o femenina. 
Yo no creo que se desdibuje las identificaciones; los homosexuales tienen problemas como los que tienen todos los demás. Además, no existe homosexualidad sino homosexualidades diferentes. No hay nada inherente a la homosexualidad que defina cómo uno la vive. Y así, no se define qué transmite un homosexual en la crianza.


-           Hoy en día hay familias de un solo padre, otras formadas por los tuyos, los míos y los nuestros. Ahora se agregaría este nuevo tipo. ¿Qué repercusiones puede tener en el futuro de las sociedades? ¿Cambiarían los valores?

Me parece que resultaría una sociedad mucho mejor. Una sociedad con mayor diferencia, donde las personas puedan vivir más tranquilamente su sexualidad y unos con otros.

-           Una sociedad con mayor diversidad y aceptación de ella, ¿amenizaría problemas psicológicos en ella o no?

Muchos autores, después de Freud y a mediados de los años 50, de la escuela de Frankfurt, pensaban que si se transformaba la sociedad iba a haber menos neurosis o sufrimiento psíquico. La cosa es que no ha sido así. En la sociedad que haya, va a haber sufrimiento igual. Y por eso el psicoanálisis piensa que la sanidad mental no es sino la locura de cada uno; cada uno es más sano en la medida en que puede aceptar su forma de ser y sus problemas de un modo tranquilo. Y en esa sociedad donde se acepte la diversidad quizás haya otras patologías que todavía no conocemos. Pero la falta de sanción social dejaría a las personas menos nerviosas en ese sentido. Habría en ese sentido más tranquilidad en familias homoparentales y en la crianza de niños y adolescentes en ellas.